
Veo como han tenido que recurrir ha vender sus carros, como postergan la compra del calzado para l@s chiquill@s, a pesar de que - dicho a la bretón - los deportivos respiran más que calzan. Y veo como, después de haber pagado miles de Euros de intereses a los bancos por una hipoteca para financiar el sueño de la casa o el piso en propiedad, tiene que malvender el inmueble o soportar que se lo embarguen, terminando en alquiler o en casa de sus padres y madres.
Veo como hombres y mujeres - combativ@s sindicalistas hasta hace pocos meses - agachan la cabeza ante las injusticias y los abusos, por miedo a ser l@s siguientes a quien toque ser despedid@.
Y veo como una sociedad entera se sume en el letargo de quien no cree - ni confía - en que esto tenga solución.

El Internacionalista se ha despedido por un tiempo - cosas de la vida, dirán un@s - y yo he tenido que aparcar algunos proyectos. A decir la verdad, no he tenido ni tiempo (ni tengo) de fisgar por la geografía de los blogs.
El sindicalismo moderno y la Izquierda moderna
Parece que todo el mundo está agazapado en las trincheras a la espera del siguiente obús. L@s particulares y las organizaciones sindicales y políticas de izquierda incluidas.
Estas organizaciones se han transformado en gestoras de sí mismas o, que es lo mismo, se han

Cuando decidí publicarme como Republicana, lo hice con toda la convicción por delante que ayudar a propagar el republicanismo es una máxima. El republicanismo como antítesis del mito de la sangre azul. Hoy por hoy, y no es casualidad, el republicanismo se entiende como sinónimo de izquierdismo. Me place la idea; soy izquierdista radical, entendiendo el marxismo como la raíz de toda superestructura ideológica de la Izquierda (con mayúscula).
Y estando en abril, como estamos, toca otra vez aniversario. Ayer, camino de de esa cesta de compra - cada vez más cara y cada vez más chica -, me sorprendió una bandera republicana ondeando en la fachada de uno de los bloques de Nueva Sevilla. Por grata, esa sorpresa no hizo sino confrontarme otra vez con la pregunta de que cuánto vale el republicanismo si se promulga vacío de los contenidos políticos más genuinos.

Los actos conmemorativos por la República
He visto que el otro día, en Castilleja, nuestra Izquierda Unida participa de esta feria conmemorativa con un acto local. Yo no pude ir; el trabajo me lo impide. Pero aunque pudiera ir me preguntaría: ¿Está haciendo IU todo lo que tiene que hacer para que l@s vecin@s entiendan que representa políticamente ser republican@?
Conmemorar la II República puede terminar siendo un acto de fe, condimentado de melancolía - igual que defender el advenimiento de la III puede terminar siendo una proclama similar a la del día después del juicio final. Si no defendemos posturas políticas claras, tangibles e identificables... por mucho que las titulemos no significarán nada.
Yo les deseo a l@s amig@s izquierdistas en Castilleja de la Cuesta que, además de tener la tenacidad y la capacidad de conmemorar - merecidamente - el aniversario de la II República, que tengan el aservo y la inteligencia de trabajar por la III República.
Aunque la mona se vista de seda mona se queda


Desde el Terror que sucedió a la Revolución Francesa - propagandísticamente explotado al máximo por la política de márketing capitalista - tenemos l@s republican@s una doble obligación: Defender el Republicanismo y explicarlo.

La "inteligencia" del caputalismo (sic!) consiste en hacer creer que satisfaciendo esos intereses particulares se satisfacen igualmente (o hasta mejor) los intereses generales. O dicho en boca de uno de l@s máxim@s defensores y defensoras de la ideología capitalista: "Si se satisfacen todos los intereses particulares se han satisfecho los intereses generales."
¡Ya!, si en mi casa cada cual cuece sus fideos, al final tod@s comemos junt@s. Lo que pasa es que mi pequeño ni sabe ni puede. Así que así no vamos a ir a ninguna parte. Eso es lo que explicaba la propaganda comunista (mucho menos extendida y mucho menos dotada, pero muy tenaz y - hasta 1.989 - con el respaldo táctico de los países socialistas). Y como este simple mensaje colaba, y calaba hondo entre la clase trabajadora de occidente, el capitalismo se sacó de la manga otro mensaje (en sustancia igual pero logradamente efectista).
La capacidad camaleónica del capitalismo hizo que se inventara el concepto de la economía de mercado social. En donde, economía de mercado = capitalismo; y social = de los restos del beneficio, el compromiso voluntario de "ayudar" a l@s necesitad@s. ¡Quien se lo crea!
La pregunta clave es: ¿Es lo mismo si salto al río a salvar a mi tío para salvar su vida, o salto porque el buen hombre aún no ha modificado el testamento que me declara en herencia universal?

Según el pensamiento "pragmático" del capitalismo da exactamente igual porque lo que cuenta es el resultado: Salvar al tío. Pero de tan pragmático el capitalismo omite que de tal manera el único tío que se salva es el que tiene algo que legar; a mi pobre tía pobre le mandaré un mensaje en una botella.

¿Y esto por qué? ¿Por que ya no hacen falta en el mundo alimentos (y el hambre al fin se ha erradicado)? ¿O porque producir ahora más alimentos básicos y venderlos no produce los beneficios que aquell@s que se benefician creen necesarios?
Pero así es como funciona esa famosa Ley de la oferta y la demanda en la que dice basarse de forma fundamental este sistema: Mientras tengas 1 euro en en bolsillo te cobraré ese euro, y cuando sólo tengas 50 céntimos, te cobraré 50 céntimos. En realidad el precio de las cosas se define según la "capacidad" de beneficio; y está se define según la capacidad de compra de la gente. Si la gente no tiene para comprar más, produzco menos o despido al personal para producir más barato (y así mantener mis beneficios). Y si tengo que bajar los precios para que la gente compre, les pido algo menos, compro yo más barato (apretando las tuercas a l@s proveedores y proveedoras; por ejemplo a l@s campesin@s), despido a personal (para producir más barato) o me "contento" con beneficios algo menores - durante un tiempo, porque si no se va solucionando cierro la fábrica, ya que que "ahorrado" lo suficiente para vivir del cuento.
En este mismo principio se basa la existencia de estructuras monárquicas: Un rey (o una reina)

El problema de legitimación del Republicanismo

Lo mismo que muchas personas no abandonan su fe en el capitalismo aún cuando está mostrando en estos momentos su cara más feroz, a la espera y con la esperanza que se solucionen estos "problemillas temporales" del sistema y no les toque a ell@s morder el polvo ahora.
Si las condiciones de vida se recrudecieran - y es muy probable que esto suceda -, entonces ya estará preparada una nota de prensa que convulsionará los corazones españoles y

La legitimación para reivindicar, evidentemente no puede partir de la peculiaridad capitalista de nuestro particular monarca. Si así de fácil fuera convencer al pueblo, ya habrían despachado a la nobleza y a la casta banquera.
Y, en el caso específico de Juan Carlos no se qué, tampoco es muy original recurrir a que nos la ha puesto don Frasquito... Eso implica que si nos lo puso él, malo, pero si nos lo pone otr@ o se hubiera puesto él mismo, bueno.
Y, partiendo de los derroteros por los que transcurren "repúblicas" como la americana, tampoco se trata de ensalzar los méritos de una republicanía cualquiera.
Tan ni si quiera podemos simplemente echar mano de las raíces históricas de las primeras polis en Grecia o del concepto político jurídico de las res publica romana. Particularmente desde el conocimiento profundo de la estructura social de las épocas en cuestión.

Esto no sólo afecta a nuestra monarquía (y Juan Carlos) - lo sé. Afecta a la existencia de una casta de polític@s igualmente; y afecta nuestro sistema de reparto de riquezas, en donde bancos (y banquer@s) y empresas enormes (y sus propietari@s) reciben miles y miles de millones de euros para afrontar una crisis del capitalismo (creada por el capitalismo) con el único fin de preservar al capitalismo... mientras millones de personas se ven tiradas al vertedero de la existencia. Y mientras el uso fundamental de esas ayudas multimillonarias es el de preservar las plusvalías - la mayoría de los bancos y las empresas dotadas con fondos públicos siguen escribiendo ganancias y siguen despidiendo personal -, ¿qué hace el rey, ese "baluarte de la democracia"? Se calla y sigue recibiendo billetes.
Si Juan Carlos fuera quien la propaganda del sistema propaga que es... abanderaría ahora la revuelta contra este sistema de parasitismo.
Y yo... me pasaría al bando de l@s carlistas.
Salud y República