Una organización - como nos muestra la Historia Universal - se debe en primer lugar a sí misma, y en última instancia a hacer todo lo necesario para garantizar su subsistencia.
Esto vale también para organizaciones políticas, lo que explica la capacidad de los partidos para tomar decisiones tácticas que l@s ciudadan@s mortales normales jamás terminaremos de entender... a no ser que tengamos en cuenta la premisa que expongo arriba.
Y, desde luego, vale para las organizaciones religiosas - como es la Santa Iglesia Apostólica Romana.
Hay muchas decisiones tácticas que se toman en beneficio de los dogmas establecidos - también esto vale tanto para las organizaciones políticas como para las organizaciones religiosas. Podría ser sorprendente cuántas similitudes nos encontramos en unas y otras, si no supiéramos todo el mundo (aunque se nos olvide algunas veces) que la finalidad última de ambas consiste en alcanzar la supremacía, eliminando (evidentemente) de la faz de la tierra cualquier opción alternativa.
Lo que nos trae a la actualidad este asunto - tan trivial por un lado, pero de tal trascendencia por otro - es la noticia (que ha pasado si pena ni gloria por los éteres) de que han excomulgado a una niña de 9 años, a su madre y a un equipo entero de quirófano en Brasil.
La historia de fondo es simple, triste y habitual - y nos muestra una vez más lo lejos que nos encontramos de llamarnos civilizad@s a pesar de acumular televisores de plasma y carros de lujo:
Un hombre, cuya relación con la víctima - por más que se invoque eufemismos baratos - es la propia de un padre, ha dejado embarazada a la hija de su compañera sentimental a la edad de nueve años, después de haber abusado - según él mismo reconoce - de ella desde la edad de 6 años.
La niña ha quedado embarazada... de gemel@s -¡menos mal!, porque sino, vete tú a saber si ni siquiera le practican el aborto.
Y como la Ley brasileira (aunque no preve el aborto, que está penalizado en general) permite practicar el aborto en caso de violación, se ha tomado la decisión de liberar a la niña de uno de los muchos trances por los que está condenada a pasar, gracias a la masiva y prácticamente impune exposición de las mujeres y niñas a la violencia de los hombres.
Ahora bien, la Iglesia no comparte este criterio. Es más, desde su punto de vista esta niña, con la complicidad de su madre y de l@s médicos y enfermer@s implicad@s, ha cometido un asesinato que es un pecado mortal y merece ser castigado con la expulsión del seno de la Santa Iglesia Madre.
Está claro que la Iglesia en este caso ha funcionado perfectamente motivada por sus dogmas más elementales. Existen lo que se llama pecados mortales; y estos se castigan excomulgando a quien los comete. Entre ellos se encuentra la violación. Pero no consta que se haya excomulgado al agresor y violador.
Pero claro, esta "obvia" conclusión fundamentalista metería a la Iglesia en un brete: Si excomulgaran a todos los violadores, se quedaría sin muchos de sus más importantes valederos.
En la historia contemporánea de la Iglesia existen casos llamativos, espectaculares y hasta espeluznantes de las muchísimas vueltas que pueden dar los dogmas cuando hay otros intereses de por medio: La bendición de tanques; la absolución de matones (y matonas) que han confesado sus crímenes en forma y tiempo en el confesionario (incluido asesinatos y violaciones); y la aceptación de donaciones por parte de un montón de gente que - a todas luces - no hace otra cosa que continuamente cometer pecados capitales como la avaricia y la soberbia - ademanes perfecta e indiscutiblemente aplicables a la absoluta mayoría de l@s banquer@s de este planeta.
Pero volvamos al principio de esta exposición: Sostengo que el interés primero de la Iglesia como organización es el de preservarse a sí misma. Y esto lo hará - como todas las organizaciones de esta índole - proclamando que si se extingue no puede alcanzar sus fines pregonados.
Está claro que si la Iglesia aplica sus dogmas a rajatabla sería absolutamente consecuente con sus principios morales. Y entonces, a pesar de tener que aguantar el sambenito de ser dogmátic@s (que lo son), sin resquicio de duda serían consecuentes y (dicho moralmente) pur@s.
Pero si la aplicación estricta de sus dogmas -el dogmatismo- sólo se ensaña con niñas de 9 años en vez de con el poderoso banquero o mafioso; y si dejaran de bendecir los tanques de ambos bandos en una contienda bélica... entonces han pasado de ser dogmátic@s a fundamentalistas que es lo que son tod@s aquell@s que, sin ningún apego con la realidad que les rodea, aplican sin miramientos sus principios en beneficio propio - o de su organización, que es lo mismo.
Iniciativa para comentar libremente lo que sucede en Castilleja, intercambiar información, desvelar "secretos", crear conciencia y fomentar la rebeldía...
lunes, 9 de marzo de 2009
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