Una de las cosas más bonitas en esas criaturas inocentes, como es el Principito, es su capacidad de ver las cosas tal y como son -simplemente, y de asombrarse de todo lo que se encuentran.
Antaño esta capacidad era motivo de gozo para las personas adultas. Nos recreábamos en esas bocas abiertas de par en par, en esos ojos grandotes, casi incrédulos. Y nos divertían sus aseveraciones simples y concisas.
Hoy, eso que llamamos personas adultas, hemos perdido casi por completo la levedad anterior, y las simplezas nos suenan a tonterías, la capacidad de asombro (si no se condimenta con una buena porción de admiración) nos sienta hasta mal. Parece ser que asombrarse nos insulta o insulta a lo que desde nuestra soberbia llamamos nuestra inteligencia.
Preferimos que nuestros retoños se callen y se muestren impasibles; y hasta les regalamos pasatiempos electrónicos que fomentan el silencio y facciones rígidas.
Hay ciertos cuentos que deberían ser de lectura universal obligatoria, aunque reconozco que en ciertas culturas no necesitarían de estas muletas. Pero en la nuestra, leer libros como éste nos daría una gran oportunidad de comprender que estamos mutilando una gran cualidad infantil que es, a la vez, una gran cualidad humana.
La migración como logro universal
Mis circunstancias personales y profesionales me tienen en la actualidad ausente una y otra vez de Castilleja de la Cuesta. Gracias a esta magnífica gestión económico política de la que hacen gala la banca y la gran industria, y sus adláteres, el gobierno y los partidos políticos que lo sustentan (también desde la oposición), se nos está capacitando para uno de los grandes logros de la humanidad: para potenciar nuestra vena migratoria. Seré yo un tanto especial porque me hormiguea el cerebro y me susurra, todo rebelde, que este logro moderno tiene mucho de ancestral, allá en el amanecer de la Humanidad. Pero por mucho que me resista no ceja en convencerme que sí, que esto es el camino hacia el hombre (y, supongo, la mujer) modern@.
La migración como logro universal
Mis circunstancias personales y profesionales me tienen en la actualidad ausente una y otra vez de Castilleja de la Cuesta. Gracias a esta magnífica gestión económico política de la que hacen gala la banca y la gran industria, y sus adláteres, el gobierno y los partidos políticos que lo sustentan (también desde la oposición), se nos está capacitando para uno de los grandes logros de la humanidad: para potenciar nuestra vena migratoria. Seré yo un tanto especial porque me hormiguea el cerebro y me susurra, todo rebelde, que este logro moderno tiene mucho de ancestral, allá en el amanecer de la Humanidad. Pero por mucho que me resista no ceja en convencerme que sí, que esto es el camino hacia el hombre (y, supongo, la mujer) modern@.
Y este logro migratorio hace que sólo me percate de secuencias de la realidad en el pueblo... como cuando vas circulando en carro a lo largo de un gran bulevar a gran velocidad: sólo tienes atisbos del paisaje entre los árboles.
IU - La guerrillera
IU - La guerrillera
En esta última semana los atisbos han ido conformando una impresión que me causa estupefacción: Veo como se forman hileras, cuan desfiles de tropas, de carteles de la candidatura del PSOE, interrumpidas cada dos por tres por brigadas de la candidatura del PP. La impresión que me causa la cartelería del candidato de Izquierda Unida, coincide graciosamente con ciertos rasgos, históricamente propios de su formación política: el de una guerrilla que asoma entre la espesura de la jungla para dar golpes de efecto con la esperanza táctica de conseguir el tradicional objetivo de una guerrilla, que es horadar los pilares de sostén del poder.
Aunque también es cierto (pero coincidiendo también con las tácticas de guerrilla) que en algún sitio se masifica la presencia gráfica del candidato de Izquierda Unida, rompiendo la monotonía de este esquema.
Más allá de estas impresiones y enfrentándome a mi propia estupefacción, no he podido evitar preguntarme por las razones de esta llamativa distribución. Después de barajar una serie de opciones, desde la escasez de recursos financieros a la precariedad de recursos humanos, desde una táctica premeditada orientándose sólo en zonas de potencial simpatizante hasta la holgazanería típica de ciertos sectores izquierdistas... todo ello sin llegar a ninguna conclusión evidente, me tope el otro día con unas informaciones en el maravilloso mundo de miguel que me despejaron toda duda (para ver esa información: pinchar aquí).
Resulta ahora que la estructura dominante en la política en este Estado (porque yo desde mi asombro no alcanzo a saber hasta donde se extiende esta costumbre, o si sólo es una particularidad alixeña impropia del resto del planeta español) es la meritocracia hereditaria.
Me explico: la meritocracia sería la capacitación para la riqueza, ingresos, clase social y GOBIERNO, mediante los méritos adquiridos en "libre" competición, asumiendo que los vencedores y las vencedoras merecen estos "logros" y/o ventajas. La connotación social darwinista es ineludible ya que se describe aquí una sociedad agresivamente competitiva, en contraste con una sociedad igualitaria.
Y digo hereditaria porque, igual que los pendones de la aristocracia, que designan a un linaje por el cual los "logros" obtenidos ancestrales se heredan para la progenie con derecho de sucesión a título y gobierno, ahora son siglas de partidos las que trasladan, elecciones tras elecciones derechos heredados a los siguientes comicios.
Así entiendo yo a Tomás Arias cuando describe en la entrada que puse más arriba, que "el PSOE (...) puede aprovechar de cada diez farolas 6, el PP 2, e Izquierda Unida 1".
La única relación que encuentro para explicar esta relación es la de los resultados electorales de 2.007. Según estos y teniendo en cuenta el hecho que sumamos 9 farolas, la restante se reservará, por ejemplo para el PA.
PSOE y PP - delfines herederos
Esto llega poco menos que a decir que el Real Madrid, por ser el club de fútbol que más ligas tiene en su palmarés, puede decidir cuantos titulares puede poner en el terreno de juego. O que el último campeón de liga parte, como premio, con 12 puntos de ventaja.
Porque la ventaja es obvia: Cuanto más presencia mediática, más probabilidades de éxito. Y cuanto más presencia en comparación con tus antagonistas polític@s, más ventaja tienes.
Que nadie se llame a engaño; si esto no fuera así no existirían los anuncios, y nadie emplearía los codos para ponerse en primera fila para la foto.
De pronto nos encontramos con que una presencia en las farolas al estilo guerrillero resultó ser una estampa de marca blanca, siguiendo las reglas del mercado. Esas reglas que otorgan más mérito a quien más recursos tiene. Que otorga más recursos a quien más duramente lucha, o sea compite. Y que permite luchar con más dureza a quien ya ganó el último envite.
Según esta regla de tres, la única razón de mercado para no querer permitir concurrir a Bildu sería que es una marca nueva.
Y por la misma regla, la única forma que tiene Izquierda Unida de batir a l@s adversari@s es cometiendo una falta decisiva sin que la vea el árbitro. Lo que pasa es que l@s designad@s hereder@s a la corona lo saben. Y también estarán dando puñetazos por debajo del cinturón.
¿Lo que esto tiene que ver con la Dama Republicana y la monarquía que padecemos en España?
¿Alguien cree que en una República y en una sociedad más igualitaria, no cambiarían las reglas del juego, e igual que desaparecería la herencia a la jefatura del Estado se fundiría en el pasado la meritocracia hereditaria que han instalado en Castilleja de la Cuesta?
Resulta ahora que la estructura dominante en la política en este Estado (porque yo desde mi asombro no alcanzo a saber hasta donde se extiende esta costumbre, o si sólo es una particularidad alixeña impropia del resto del planeta español) es la meritocracia hereditaria.
Me explico: la meritocracia sería la capacitación para la riqueza, ingresos, clase social y GOBIERNO, mediante los méritos adquiridos en "libre" competición, asumiendo que los vencedores y las vencedoras merecen estos "logros" y/o ventajas. La connotación social darwinista es ineludible ya que se describe aquí una sociedad agresivamente competitiva, en contraste con una sociedad igualitaria.
Y digo hereditaria porque, igual que los pendones de la aristocracia, que designan a un linaje por el cual los "logros" obtenidos ancestrales se heredan para la progenie con derecho de sucesión a título y gobierno, ahora son siglas de partidos las que trasladan, elecciones tras elecciones derechos heredados a los siguientes comicios.
Así entiendo yo a Tomás Arias cuando describe en la entrada que puse más arriba, que "el PSOE (...) puede aprovechar de cada diez farolas 6, el PP 2, e Izquierda Unida 1".
La única relación que encuentro para explicar esta relación es la de los resultados electorales de 2.007. Según estos y teniendo en cuenta el hecho que sumamos 9 farolas, la restante se reservará, por ejemplo para el PA.
PSOE y PP - delfines herederos
Esto llega poco menos que a decir que el Real Madrid, por ser el club de fútbol que más ligas tiene en su palmarés, puede decidir cuantos titulares puede poner en el terreno de juego. O que el último campeón de liga parte, como premio, con 12 puntos de ventaja.
Porque la ventaja es obvia: Cuanto más presencia mediática, más probabilidades de éxito. Y cuanto más presencia en comparación con tus antagonistas polític@s, más ventaja tienes.
Que nadie se llame a engaño; si esto no fuera así no existirían los anuncios, y nadie emplearía los codos para ponerse en primera fila para la foto.
De pronto nos encontramos con que una presencia en las farolas al estilo guerrillero resultó ser una estampa de marca blanca, siguiendo las reglas del mercado. Esas reglas que otorgan más mérito a quien más recursos tiene. Que otorga más recursos a quien más duramente lucha, o sea compite. Y que permite luchar con más dureza a quien ya ganó el último envite.
Según esta regla de tres, la única razón de mercado para no querer permitir concurrir a Bildu sería que es una marca nueva.
Y por la misma regla, la única forma que tiene Izquierda Unida de batir a l@s adversari@s es cometiendo una falta decisiva sin que la vea el árbitro. Lo que pasa es que l@s designad@s hereder@s a la corona lo saben. Y también estarán dando puñetazos por debajo del cinturón.
¿Lo que esto tiene que ver con la Dama Republicana y la monarquía que padecemos en España?
¿Alguien cree que en una República y en una sociedad más igualitaria, no cambiarían las reglas del juego, e igual que desaparecería la herencia a la jefatura del Estado se fundiría en el pasado la meritocracia hereditaria que han instalado en Castilleja de la Cuesta?
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